Todas las tarde cuando hace mucho calor salimos de paseo.
Mamá maneja, la abuela conversa con ella, mi hermanito va en su sillita y yo voy al lado de él.
Vamos por el camino que bordea el río. Despacito va llegando la noche. Yo sé que no me puedo dormir.
Es que todas las tardes cuando pasamos por el puente de madera pasa algo increíble: una lluvia de cucos cae sobre el auto. Para no asustarme cierro los ojos bien fuerte y grito: ¡ Lluvia de cucos, lluvia de cucos!
Al principio mamá se reía pero ahora me reta y me pide que no grite. Hasta que el otro día la abuela me preguntó:
-¿ Por qué cerrás los ojos y gritas, tenés miedo?
- No abuela yo no le tengo miedo a los Cucos pero Emiliano sí. Por eso le enseño que cierre los ojos y grite bien fuerte.
- Y así lo defendés de los Cucos...
- Sí porque los Cucos asustan a los niños chicos.
- Caen sobre el auto los Cucos Eze?
- Sí caen como una lluvia pero sin agua sólo con Cucos.
- ¿ Son de colores?
- No, son negros...
Ahora es de noche y le estoy explicando a la abu como es una lluvia de Cucos y por eso escribo mi cuento en la XO.
Autor: Ezequiel Irazusta Nieto.
Corrección: la abuela.
